miércoles, 21 de julio de 2010

La última encarnación del asombro


La profundidad de la piel (México, Norma: 2010) es una novela cuya prosa suena a poesía. Los párrafos van del breve relato suspendido que intensifica la tensión narrativa a la densidad y concisión del verso, casi aforismo. No es extraño: por un lado, las fronteras entre los géneros son cada vez más sutiles, y por otro, aunque su autor, Pedro Ángel Palou, es reconocido como narrador y ensayista, tiene la sana costumbre de publicar cada doce meses, en marzo, un poema para celebrar su cumpleaños. Un buen escritor se alimenta de la poesía. Pero, además, ¿podría abordarse la experiencia amorosa desde un discurso que no sea poético sin sacrificar profundidad? Aventuro como respuesta –siempre provisional- un rotundo: no.

En estas páginas, Palou vuelve a explorar el terreno de lo amoroso, una de sus más caras obsesiones literarias. Lejos de la repetición, el prolífico autor de Amores enormes y Paraíso clausurado, sigue apostando por reinventarse como escritor, corre riesgos, prueba –o mejor dicho, integra a su oficio- con maestría diversos recursos narrativos, al grado de sorprender a sus lectores con las diferencias entre un libro y el siguiente o el que antecede. Y sin embargo –ya lo he apuntado en otro lugar- junto a su firma están los temas recurrentes y sus variaciones: la escritura, en cuanto arte, quizá sea la única forma de salvar y dar forma a la memoria; donde hay placer está el dolor y viceversa, además de que recientemente ha cobrado fuerza en su literatura la importancia del viaje: el periplo en la medida en que permite el extravío, la aventura, y experimentar lo desconocido es más que un desplazamiento. En este sentido, podemos situar esta novela en la línea de La casa de la Magnolia y Qliphoth. Aquí, el rostro de lo infinitamente Otro para el narrador es Kage, "la amiga del cuello largo y ojos de arce", "cuerpo finísimo de madera, como de oboe", "cuyas notas graves y dulces son como un adagio de Albinoni". Y para ella, el otro irrecuperable será "el pintor del mundo flotante". Después de todo, "las historias de amor sólo necesitan tres seres humanos" (65). En Qliphoth, una novela cíclica, Andrés escribe porque quiere apropiarse de Mónica, ausente; en la Casa de la Magnolia, Maia cuenta su historia de amor porque sólo desde una mirada amorosa se puede aproximar (y comprender) a Adriana Yorgatos. En estos relatos parece claro que el amor conmociona. Como si fuera Todo, ser amado mueve, arrastra al amante, lo lleva al límite; pero al final se desvanece. Quien ha sido tocado por el amor, ni puede regresar a ser quien fue antes de la experiencia amorosa/mística, ni logra satisfacerse del Otro. La alteridad siempre nos excede y nos desborda:
-La verdadera tragedia no está en perder a quien amas [le dirá el narrador de La profundidad de la piel a la protagonista]. ¿Cuántas veces te ha pasado ya? No. La verdadera tragedia radica en la imposibilidad de la antropofagia amorosa: tu cuerpo no puede absorber nada de la piel del otro, de su belleza. No puedes beberte su sangre, comerte su carne, cocinar sus vísceras.
-Te queda el placer.
-No puedes fundirte en el cuerpo del otro. Es suyo. Será suyo siempre. El placer es siempre un simulacro. (102)
Y algunas páginas después llegará el reproche:
Eres muy estúpido cuando dices que la única razón por la que no podemos amarnos totalmente es porque no podemos comernos al otro, hundirnos en su cuerpo, arrebatarle su piel o su sangre. Hay algo que se transmite por otros medios [...]. (106)
Pero en todo caso, ese "algo" es breve e inevitablemente perecedero.

Estructuralmente, la novela está constituida por dos cuadernos de notas, interrumpidos por la historia de Yohiki, la favorita del emperador, un texto breve construido sobre una antigua leyenda oriental que sirve para poner en perspectiva la historia de los cuadernos, a saber, que una pintora, la "amiga del cuello largo" llama una mañana desde un país frío, en donde "los conductores de taxi llevan turbantes como tuaregs y seguramente esconden cimitarras debajo de sus asientos" (30) para contarle al narrador, un músico, que le ha sucedido "algo terrible, una experiencia agria". El viaje servirá para constatar, entre otras cosas, que "la belleza y el misterio son siempre una misma cosa- como el lenguaje" (87).


Pronto el lector se da cuenta de la amistad/pasión que los une: "Cuando al fin nos vemos quedamos callados o parloteamos de pintura –su vida- o de música –la mía. Luego cerramos la boca y usamos otras partes del cuerpo para intentar comprendernos". (15) Pero, también de que "Volvernos pájaros –dirá el personaje-. Es la única manera de amarnos: ruidosos, francos, bebiendo agua fresca por las mañanas y regresando por la noche a la sombra silenciosa del follaje" (24). Conforme avanza el relato, uno se entera de que la mujer del cuello largo ha "dejado de pintar desde la razón" para que sus lienzos sean "sueños, ofrendas de fragmentos a las ruinas que fu[e]" (26). El narrador se presenta como un músico asqueado por "la pretensión de entender las notas" al grado de asumir que" leer música en silencio es la única pasión que alimenta. La música proviene del silencio. Un silencio que estremece tan enorme como la página en blanco o el lienzo vacío. Un silencio que rasga hasta el último velo, que asesina." Y añade: "Como cuando dos se tocan" (34). Ahora bien, hecha la referencia a la búsqueda del artista, el lector puede preguntarse ¿dónde está el escritor?, ¿en qué cree quien escribe?, ¿en qué medida esta novela es testimonio de esa búsqueda? Cierto es que el novelista confía sus palabras a los personajes y nunca obtendremos certezas de la ficción.

El músico refiere que su amiga estuvo casada y que durante esa etapa "abandonó el deseo". Luego apunta:
El deseo elonga el horizonte. El placer crece, alivia, disminuye y abandona. El deseo agrava, semeja la crecida y permanece. El placer es efímero como una fruta tropical. Su belleza se vuelve humedad y la humedad carcome. La polis tolera el placer pero no al deseo. (27)

No es ese fragmento de la biografía (al margen del deseo) lo que constituye la historia amarga. Sino el descubrimiento de que "el abismo del otro, su vacío [es] la forma verdadera del amor" (35), o sea: las jornadas en Kyoto, con el pintor del mundo flotante (37). Historia sensual y erótica que en esta reseña se omite: nada mejor que leer el libro con los sentidos despiertos. Un poco de música o el agua de una fuente a lo lejos, café o vino tinto, incienso o velas aromáticas, el crepitar de la leña en la chimenea, le vienen bien a la lectura de esta historia que deriva en la conciencia de que "el amor es una sustancia viva que mina, socava desde dentro, y en la que si se cree firmemente se termina no hechizado, sino vencido" (52). Historia de amor en la que el "sufrimiento reclama venganza" (100). Historia que nos recuerda que "todos los besos son de arena o son de nieve. Y las palabras, su espejismo" (125).

6 comentarios:

  1. Sus reseñas son buenas, pero creo que faltaria ihncluir un poco mas de historia a las reseñas.

    Su blog tiene cosas interesantes y mi compañera abril me insiste que hable de su foto con silvestre: ¡viajo a six flags?
    ATTE:Martínez Malpica Mizraim

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  2. Pocas cosas son ciertas e interesantes a la cuestión de aquel… ¿que se yo? De encontrar en un café, una avenida, una pintura o tal vez un recuerdo, la esencia del sentimiento inmaculado que por fe es el motor del mundo. Amor eso que nos da pretexto y cobijo a errores o victorias, que como escudo presentan el motivo original de que por, ¡Ese alguien rendimos la vida! Y esta bien es necesario según la voz popular; tener alguien a quien admirar desear o cautivar. ¿Pero en esto no debería haber complejidad? Todos tenemos la misma necesidad o tal es nuestro descuido que el ego ciega el descontento causado a lo ajeno provocado en la pasión. Es evidente el detenerse y mirar dentro de si, si es que eso que recibimos nos lleva a la plenitud y eso que ofrendemos a demostrar el implacable valor al receptor de tal amor.

    Alonso Saldaña

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  3. la reseña es una exposicion maravillosa de una novela mexicana cargada de emociones y sensaciones.
    a mi parecer la poesia en prosa es un genero que garantiza un cómodo fluir de la páginas, en donde el amor es el elemento que sorprende al lector apareciendo en lo mas inesperado.

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  4. Palou es uno de los escritores más importantes e influyentes de nuestra época, el mismo Carlos Fuentes lo ha señalado como tal. En lo personal me gusta está "saga" de personajes históricos como Zapata, Morelos, Porfirio Díaz, Cuauhtémoc,etc, porque va recuperando, desde otro punto de vista, la historia de nuestro país. La novela que más me gusta de él es "El Diván del Diablo" porque recupera en la trama una casa que realmente existe en nuestra ciudad, además de que tiene buen ritmo en la narración.
    PD. me encanta su gatito negro, ¿en qué página lo consiguió?
    ALMA DE SAAVEDRA

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  5. Me gustó la reseña del libro de Palou no he leído nada de él porque me habían comentado que no era tan bueno como la publicidad que lo acompaña sin embargo y, gracias a la reseña me animaré a leerlo las próximas vacaciones para formarme un propio criterio.

    Saludos

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  6. Hola profe:

    Sólo he leido "el divan del diablo", es una obra muy buena y supongo que esta tiene algo especial.
    Ya tengo mi blog y la direccion es: naye-peripeciasdelavida.blogspot.com

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