martes, 20 de marzo de 2012

El punto de la i en el e-learnig


Para quienes se han aproximado al estudio del uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en el marco de la educación, el nombre de Elena Baberà no es desconocido.  La Doctora en Psicología por la Universidad de Barcelona se ha dedicado durante los últimos años a la docencia y la investigación en Universitat Oberta de Catalunya. Y ha publicado, entre otros temas, varios libros y artículos sobre el denominado e-learning. Sin duda, la oportunidad y seriedad de sus textos la han convertido en un referente imprescindible, si no es que una autoridad, en la literatura en español sobre procesos educativos en entornos virtuales.

Hace unos cuatro años apareció bajo el sello editorial Paidós, en la serie Aprender, una de sus obras: Aprender e-learning (Barcelona: Paidós, 2008), que al igual que los otros libros de la colección (Aprender a motivar, Aprender a trabajar en equipo, Aprender comunicación digital) pretende ser un manual sobre un tema de actualidad. El título, curiosamente, obliga a Barberà a comenzar con una digresión: ¿es posible aprender el aprendizaje electrónico (e-learning)?  Y a partir de esta pregunta se aproxima desde el concepto a la modalidad modalidad educativa, revisando sus antecedentes y dejando clara la importancia de recursos electrónicos, gracias a los cuales el profesor y el alumno pueden no coincidir físicamente. En ese sentido, es importante agregar que

El e-learning no consiste en consultar páginas de Internet, sino que se basa en un proceso formativo que debe ser planificado, organizado, seguido, apoyado y valorado sirviéndose de los medios necesarios para hacer posible una comunicación lo más completa posible entre aprendiz y docente. (13)

Sentado lo anterior, se revisan algunas características del aprendizaje electrónico, también conocido como “enseñanza virtual”, “aprendizaje on-line”, “teleformación” o “enseñanza a través de Internet”, entre las cuales se distingue la asincronía, o sea, “el profesor y los estudiantes pueden no coincidir en el tiempo a la hora de atender sus clases, para lo que se precisa un punto de encuentro también marcado por la tecnología” (18). La mayor o menor confluencia de espacio-temporal da lugar a las denominadas modalidades mixtas o blend-learning.


Quizá el ejemplo más claro de las posibilidades del e-learning es el caso de los estudios a distancia donde el profesor y el alumno están en países diferentes y con distintos husos horarios. Los contenidos pueden estar disponibles, si conviene a los objetivos, las 24 horas, los 7 días de la semana, aunque, hay que reconocerlo, no todos tienen acceso a la red: la pobreza digital impone límites. Por otro lado el uso de los recursos digitales contribuye al desarrollo de las competencias tecnológicas, aunque a veces, puede enfatizarse más la parte tecnológica del curso, que la formativa… En fin, una revisión exhaustiva de los pros y los contras del e-learning no tardará en mostrarnos que el éxito de la experiencia no depende sólo de que existan computadoras en red, sino de “unos principios fundamentales que de alguna manera guían la puesta en escena de esta modalidad de enseñanza y aprendizaje” (20-21).



El e-learning, tal como hoy se entiende, es producto de un largo desarrollo que se nutre de las experiencias históricas de la educación a distancia (cursos por correspondencia y uso del correo electrónico, primero; incorporación de páginas web e hipervínculos, luego; y uso de plataformas y creación de entornos virtuales de aprendizaje, recientemente), mismas que han aumentado su nivel de complejidad al entrar en contacto con la tecnología disponible en cada momento.

Esto, sin duda, ha modificado el rol pasivo que tenía el alumno de los cursos por correspondencia, dando lugar a un papel cada vez más activo, interactivo y finalmente colaborativo. Lo cual implica también una transformación en la concepción del rol docente. El paso de un modelo de enseñanza-aprendizaje centrado en el profesor a uno centrado en el alumno.

Así pues, no es extraño que también se hable en la actualidad de e-teaching, o que los tutores y facilitadores convivan cada vez más con los catedráticos y sus asistentes. Elena Barberà señala, además, que el paradigma educativo centrado en el maestro se caracteriza por la “transmisión del contenido” por parte profesor y la “recepción pasiva de los conocimientos”, generalmente “fuera de contexto”. En cambio, el paradigma educativo centrado en el alumno le permite “experimentar” o resolver problemas de su contexto, participando activamente en la “construcción de contenidos”. 

Por ello, cuando se concentra la atención en el aprendizaje, la evaluación es parte del proceso de aprendizaje y no una acción externa, se tiene en cuenta que es posible aprender a partir de errores y se busca una perspectiva interdisciplinar. No así en el aprendizaje centrado en la enseñanza que evalúa la recepción y reproducción de los contenidos y que se restringen a una asignatura. Pero, en última instancia, el modelo educativo de cada institución depende de las decisiones de la comunidad educativa y no las TIC.

Como ya se ha dicho, el desarrollo del e-learning ha incrementado su nivel de complejidad conforme avanzan las TIC. Hay una “progresión” que va del e-reading (acceso a los contenidos digitales) hasta el e-learning. Así, la telesecundaria en México –sólo por dar un ejemplo- sería imposible sin la Televisión (video unidireccional), pero se necesitaron de otros sistemas (video bidireccional o multidireccional) para incorporar las videoconferencias en los procesos educativos. En este sentido, al mismo tiempo que la tecnología se desarrolla y se usa con fines educativos, la mirada sobre la tecnología cambia.
Volvamos al caso de México, que dicho sea de paso, no se menciona en el libro aquí reseñado. Durante el sexenio del presidente Vicente Fox (2000-2006) se hizo una fuerte inversión de recursos públicos para dotar a las escuelas de recursos digitales. Y Enciclomedia llegó a muchas escuelas, algunas de ellas incluso sin electricidad. No faltaron los profesores entusiastas, lo mismo que los temerosos y precavidos. Pasado el tiempo, hay quienes consideran ese gasto como un desperdicio de recursos. Lo cierto es que el uso de Enciclomendia no produjo un cambio significativo, porque también es cierto, como ya se dijo, que la tecnología no garantiza aprendizajes, los facilita cuando conjuga el manejo de la información con un proceso comunicativo en el marco orientado por un diseño instruccional.

Sin duda, para quienes hemos tenido experiencias agradables de formación on-line como estudiantes o como docentes,  nos resulta muy atractivo el e-learnig, porque sus exigencias se compensan con las virtudes. Pero, frente a nuestro optimismo, la experiencia de Elena Barberà nos invita a poner los pies en la tierra, ya que “el futuro parece que no está en el desarrollo de procesos e-learning puros donde profesores y alumnos no se ven nunca, sino en la combinación de esta modalidad con la enseñanza presencial”. (36) Y el blend-learning permite diversos grados de incorporación de las TIC.



Así, entre los cursos totalmente en línea y los presenciales encontramos cursos con ascendente on-line caracterizados por clases presenciales con interactividad en línea, diseños flexibles y varios espacios comunicativos; cursos equilibrados que combinan clases presenciales con un par o una terna de herramientas comunicativas de apoyo;  y cursos con ascendente presencial que usan un medio paralelo o complementario a las clases presenciales, con cierta interactividad. En los cursos con mayor presencia de TIC predominarán las actividades autónomas, mientras que en los cursos presenciales, el uso de las TIC será suplementario. Ahora bien, la valoración de estos cursos depende de la perspectiva. 

Si se mira desde un curso totalmente presencial, los cursos mixtos o bimodales tienen por objetivo aumentar el tiempo de contacto educativo mediante el incremento de posibilidades de interacción entre profesores y alumnos. Por su parte, si la mirada se realiza desde un curso totalmente virtual, los cursos bimodales tienen como objetivo agilizar e incrementar la calidad de interacción virtual añadiendo espacios de relación cara a cara con los estudiantes. (39)

La experiencia con el uso educativo de las TIC, y la reflexión sobre este proceso, permite observar un desplazamiento de su empleo para acceder a “la lectura y el estudio de páginas electrónicas” hacia  “la creación de comunidades de enseñanza y aprendizaje” (41), con lo cual no sólo se enfatiza el carácter social del aprendizaje al tiempo que se cultivan diferentes posibilidades de interacción, sino que se introduce, además, una serie de  transformaciones como la “flexibilidad” en los procesos formativos, un rol diferente para el alumno que debe “ser más activo”, la posibilidad, por parte del docente, de tener “una visión global y progresiva del aprendizaje”, la “vinculación a una comunidad virtual” así como el acceso a “recursos y materiales de estudio” en el aula virtual, la personalización del proceso y la inclusión de canales multimedia (Cfr. 44). Cabe insistir en que este dinamismo es posible gracias a las TIC pero no son las herramientas tecnológicas las que los producen, sino una la confluencia de acciones y voluntades de los involucrados en el proceso educativo:

los alumnos, que desarrollan una actividad constructiva específica y diferenciada en el proceso de aprender; el profesor, que les acompaña y guía en ese proceso de construcción implicándose mediante el desarrollo de apoyos y ayudas sostenidas en su enseñanza; y el contenido, que es el objeto de aprendizaje, ya se trate de procedimientos, valores u conceptos necesarios para ser un ciudadano competente y respetuoso. (50)

Esto exige tener claro el perfil del estudiante y el correspondiente perfil del docente, en donde resulta obvia la competencia digital. Pero además, el docente debe desarrollar habilidades y destrezas para el e-teaching, entre las que se incluyen la planeación de los cursos, relacionándolos con otros y estableciendo con claridad las metas (así como su progresivo alcance y evaluación); la elaboración de materiales propios. Por su parte, el estudiante  exitoso –dice Barberà siguiendo a Brown- debe cumplir con ciertas características.



Para terminar de construir el triángulo exitoso del e-learning (docente-alumno-contenido) es importante advertir que no se trata de llevar la clase presencial a un entorno virtual. Por ejemplo, si un profesor solía dejar un artículo en la fotocopiadora para que sus alumnos lo leyeran y al final entregaran en su cubículo un resumen del mismo, puede sentirse orgulloso de emplear las TIC para dejar en línea el mismo artículo y recibir el trabajo en su correo o mediante un foro electrónico. ¿Pero en eso consiste la virtualización de los procesos educativos?  En respuesta a mi pregunta, la autora apuntará que “la clase virtual a) alarga el tiempo educativo, b) ensancha el espacio de consulta, c) respeta diferentes ritmos de aprendizaje y d) amplía geográficamente el radio de comunicación académica” (58). El horizonte es, pues, más amplio.



Antes de concluir el libro señalando los campos en los que puede aplicarse el e-learning, la doctora Barberà aborda el tema del diseño y desarrollo de un curso en línea, tanto en la dimensión tecnológica como en su planificación pedagógica (que implica una serie de decisiones). Un apartado muy útil e interesante que no puede dejar de revisar quien quiera adentrarse en el diseño de entornos virtuales de aprendizaje.

6 comentarios:

  1. Los cambios tecnológicos han dado un nuevo rumbo a la educación, en una concepción tradicionalista el proceso de E-A es bancario debido a que al alumno se le considera depositario y al profesor como la totalidad del conocimiento, con la incorporación de las TIC a la educación todo esto ha tomado un nuevo sentido, ahora los conocimientos tienen la flexibilidad de poder ser encontrados en distintos lugares, los alumnos y los profesores se actualizan por igual, ambos llevan a su paso el E-learning, lo cual es un proceso que esta centrado en ambos.

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  2. Me parece muy interesante su articulo puesto que nosotros como alumnos pensamos o creemos que estamos ya en la comunidad científica como diría el doctor Daniel Cassany "somos nativos de la tecnología" y es cierto nosotros pertenecemos a la generación de las nuevas tecnologías pero no por ello esta claro que usamos estas herramientas de manera adecuada o aprovechamos las potencialidades de las mismas

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  3. Hola profesor, el título de su publicación me recordó a la película “Un beso es el punto sobre i en la palabra amor” no tiene nada que ver con el tema, pero me recordó a la película.
    Ahora sí, respecto a la materia y el contenido, me es inevitable regresar mi mente al curso de DHTIC, era la primera vez que tomaba un curso semi presencial, estaba acostumbra a las clases convencionales tarea, trabajos, regaños, presión. Pero NO, el profe nos da las actividades que tenemos que hacer, fechas y nos explica en que consiste cada una, próxima clase presencial hasta dentro de dos semanas, igual nos da la opción de acudir a él si existe alguna duda. He de reconocer que lo primero que vino a mi mente fue ¡Genial! Pero después del primer taller me di cuenta de que la tarea implicaba más trabajo del que aparentaba, ser autónoma en mi aprendizaje. Si leía o no depende de mí, no había nadie recordándome constantemente lo que debía hacer, ni controlando mis tiempos, ese fue mi mayor reto, mi libertad.
    Nuevamente viene a mi mente la palabra “formación” en toda su extensión, un proceso largo sí, pero necesario, permanente e interdisciplinario.

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  4. Al leer el artículo me percaté de que ni siquiera conocía el término "e-learning" hasta leí que se trataba de un proceso formativo que también era conocido como enseñanza virtual o aprendizaje on-line ya no me sentí tan pérdida.
    Como todos los procesos educativos éste también incluy, planificar, organizar, apoyar pero también incluye valorar los medios necesarios para hacer más completa la relación entre el docente y el estudiante.
    Me parece muy interesante todo este asunto ya que no todos disponemos del mismo tiempo o condiciones para llegar a las aulas y tomar clases presenciales, sin embargo no todos los alumnos son capaces de llevar un proceso de autoaprendizaje, estamos acostumbrados a que el docente nos diga cómo y cuándo quiere los trabajos etc..
    Por lo que el e-learning va más allá, ya que para poder ser un "estudiante exitoso"debemos de estar conscientes y ser capaces de administrar nuestro tiempo para poder aprovechar estas ventajas.
    En nuestro caso, si hacemos uso de plataformas, wikis, videoensayos pero aún nos falta un largo camino para poder saber aprovechar todas estas herramientas.

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  5. Hola profesor, esta pequeña reseña sobre el libro de Elena Barberá me parece muy interesante porque muestra el verdadero uso del e- learning, es decir lo que debería ser, pero es muy triste que nosotros que ya estamos inmersos en los constantes avances de la tecnología no nos demos el tiempo de conocer realmente como utilizarlas.
    Lo peor del caso es que no no afectamos a nosotros mismo solamente por no saberlas utilizar, sino que afectamos también a muchas personas cuando las implementamos mal, pues considero que se vuelve un círculo vicioso en donde yo hago las cosas mal y el otro las hace igual, y se pierde la esencia real.

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  6. Hay algo que me queda claro y que mas que confirmarlo, lo reafirmo; y es que al tener una vinculación a una comunidad virtual, con eso de que vivimos yo diría que a expensas de lo que los avances tecnológicos vayan teniendo, no permite así el acceso a recursos y materiales de estudio y a interactuar con ellos... Pero aun que se vive aun un poco rezagados, en algunos casos, se trata de vivir los cambios actuales de la manera más tranquila, no olvidando quienes son y que como alumnos se les agradece y nos hace también estar a la par o buscar estar al nivel, no de lo que el profesor tiene, si no de lo que la sociedad tecnológica lo requiere, que resulta difícil para algunas generaciones, creo que deben meter algo de freno otras, por que van muy apresurado...

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