En el prólogo al libro U-Learning. El futuro está aquí (México: Alfaomega, 2010) de Eva Fernández Gómez, Antonio Fernández-Galiano nos recuerda un rasgo del escenario que enfrenta la educación actual: "La tecnología está evolucionando mucho más rápido que el propio mercado de la formación". (12-13) Internet se ha convertido durante los últimos años en un ambiente "natural" de interacción, donde es posible "la creación de vínculos personales [...] sólidos". (16) Pese a ello, su utilidad fue vista al inicio con desconfianza. En un primer momento, nos dice Fernández Gómez, se criticó a la educación en línea argumentando que el trabajo es impersonal, "solitario" y con "extensas lecturas en la pantalla del ordenador." (23) En su defensa se han enarbolado las banderas de la facilidad y el bajo costo, no siempre ciertas. De hecho, la red permite nuevos entornos de aprendizaje que implican desafíos y oportunidades indeclinables porque "[l]a velocidad de los cambios tecnológicos, unido a los propios de la sociedad y de los hábitos de conducta laborales y de ocio, van a impulsar en mayor medida la evolución y el futuro del e-learning", (26) con una derivación hacia el uso de dispositivos móviles (M-learning), donde
El conocimiento compartido seguirá siendo la tónica general: blogs, wikis, redes sociales y herramientas de colaboración. Textualmente "los ganadores serán quienes colaboren", y la colaboración y la participación nos conducen inevitablemente al uso de mundos virtuales. (28-29)
En la medida en que se integren redes heterogéneas, plataformas tecnológicas "transparentes al usuario" y se personalicen los servicios podremos hablar de U-learning, es decir, del uso ubicuo de medios telemáticos para "desarrollar proyectos formativos en donde los alumnos puedan leer, oír, ver, decir y hacer" desde cualquier lugar, así como "practicar y aprender de la experiencia, enfrentarse a situaciones semejantes a las que se encontraría en la vida real y tomar decisiones evaluando resultados y conocimientos adquiridos". (32)
Educarse en todo momento, en todo lugar, con ayuda de los teléfonos celulares está dejando de ser un sueño para convertirse en una exigencia: "aunque no nos demos cuenta, somos móviles". (37) Y despreciar en la educación la capacidad tecnológica para el manejo de información y desarrollo de procesos comunicativos parece ilógico. Pero no basta la presencia de un celular con múltiples funciones, una PDA u otro dispositivo semejante para lograr una mayor eficiencia. Es importante saber "¿qué se puede hacer con esta nueva tecnología que no puede hacerse con las otras que ya existen?, ¿cuáles son las capacidades y características únicas de esta tecnología?" (38) De entrada, la autora del libro, señala algunas ventajas pedagógicas del M-learning, entre las que se pueden destacar la mejoría de "capacidades para leer, escribir y calcular", el soporte de "experiencias de aprendizaje independientes o grupales", la identificación de "áreas donde necesitan ayuda y respaldo" los estudiantes, diversificación de "lecciones o cursos" y facilidad para "actividades intercurriculares". (40) Desde luego, "el uso combinado de tecnología Web, con la tecnología móvil está todavía en sus inicios" pero con muchas posibilidades de contribuir a "flexibilidad de los sistemas de enseñanza en línea". (42) Muchas organizaciones ya están vinculado sus sistemas de gestión de contenidos y gestión de aprendizajes con las herramientas colaborativas, de modo que podemos esbozar la evolución del e-learning de la siguiente manera:
Habrá que considerar, además, las alternativas que ofrece el auge de las redes sociales y los mundos virtuales que no son otra cosa que "entornos artificiales, semejantes a la vida real, en los que una persona interacciona con otras a través de un ordenador y usando un avatar", (49) cuyo uso implica que "el participante asuma roles que permiten la adquisición y desarrollo competencias y habilidades en un entorno simulado", resolver problemas, gestionar proyectos, hacer evidentes sus desempeños.
Por su parte, en el capítulo 3, titulado "La innovación en la formación: el Caso de la Universidad Oberta de Catalunya", Pablo Lara, tras esbozar la evolución del concepto innovación al pasar de contexto industrial al de la sociedad de la información, señala que, mientras
Los procesos de mejora se pueden planificar y es posible predecir los resultados de una forma bastante precisa. En cambio, la innovación implica asumir riesgos ya que no se conoce a priori ni el camino ni los resultados que se van a obtener. (65)
En este sentido, hay que dejar claro de una vez que el uso de la tecnología, aunque es factor de innovación, no garantiza mejores resultados. El riesgo de fracasar existe, y precisamente por ello, es necesario vincular la tecnología con Modelos y Estrategias educativas. De ahí que en la UOC se hayan postulado cuatro líneas de trabajo muy claras, a saber: el aprendizaje inmersivo que explora "nuevos sistemas de aprendizaje a través de mundos virtuales" (77), el aprendizaje colaborativo que se desarrolla "en línea" y "en interacción", la evaluación de competencias que se han convertido en un "elemento clave en la formación universitaria" en el contexto europeo y el uso de nuevas formas y canales. (78)
Antonio Vázquez Vega, Ex coordinador del proyecto Open Course de Universia presenta en el capítulo IV, "El proyecto Open Course Ware", las características de este proyecto emblemático para el e-learnig, y aprovecha la oportunidad para evidenciar una de las grandes paradojas de la educación a nivel superior: "La institución
universitaria ciertamente es innovadora, pero al tiempo, es inmovilista, consciente del papel que supone pervivir a las modas y a los cambios excesivamente pegados al tiempo". (85) A lo cual hay que añadir el hecho de que en el discurso se habla de responder a los tiempos cambiantes, pero sin modificar la infraestructura. Amén de los frecuentes comentarios de los docentes que ante la falta de respuesta institucional "comentan con resignación que deben acudir a las redes sociales para dejar materiales a disposición de sus alumnos". (86-87) Cabe señalar que se han implementado estrategias que recurren parcialmente al trabajo en línea de modo que, cuando las TIC se emplean en la modalidad mixta o B-learning, es decir, cuando se combinan actividades presenciales con actividades en línea, "[e]l aula, se convierte así, en un espacio de intercambio y enfoques sobre unas realidades previamente conocidas". (90) Ahora bien, y de regreso sobre los grandes proyectos, el autor de este capítulo nos recuerda que en 2002 el Instituto Tecnológico de Massachussets puso "todos sus contenidos en la red y de forma gratuita", dejando claro por un lado que "la información está en la red y su transmisión es imparable, incluso aunque nos propusiéramos lo contrario" y, que "lo importante no son los contenidos, sino la forma en la que un profesor los maneja y utiliza para guiar a los alumnos en su proceso de aprendizaje". (95)
universitaria ciertamente es innovadora, pero al tiempo, es inmovilista, consciente del papel que supone pervivir a las modas y a los cambios excesivamente pegados al tiempo". (85) A lo cual hay que añadir el hecho de que en el discurso se habla de responder a los tiempos cambiantes, pero sin modificar la infraestructura. Amén de los frecuentes comentarios de los docentes que ante la falta de respuesta institucional "comentan con resignación que deben acudir a las redes sociales para dejar materiales a disposición de sus alumnos". (86-87) Cabe señalar que se han implementado estrategias que recurren parcialmente al trabajo en línea de modo que, cuando las TIC se emplean en la modalidad mixta o B-learning, es decir, cuando se combinan actividades presenciales con actividades en línea, "[e]l aula, se convierte así, en un espacio de intercambio y enfoques sobre unas realidades previamente conocidas". (90) Ahora bien, y de regreso sobre los grandes proyectos, el autor de este capítulo nos recuerda que en 2002 el Instituto Tecnológico de Massachussets puso "todos sus contenidos en la red y de forma gratuita", dejando claro por un lado que "la información está en la red y su transmisión es imparable, incluso aunque nos propusiéramos lo contrario" y, que "lo importante no son los contenidos, sino la forma en la que un profesor los maneja y utiliza para guiar a los alumnos en su proceso de aprendizaje". (95)
Luis Sánchez Navarrete. Director de Desarrollo y Políticas Corporativas de Recursos Humanos del BBVA comparte, en este libro, una experiencia de éxito cuyo punto de partida es el presupuesto de que existe la Generación.Net cuyas características, plenamente identificables, favorecen los procesos formativos en línea.
En consecuencia, el modelo formativo de BBVA es "Global pero de aplicación local" (131), se basa "en la gestión por competencias" y la "permanente evolución, para dar respuesta en cada momento a los retos de negocio". (132)
Otra experiencia de éxito es "El posicionamiento de AVANZO", capítulo desarrollado por Miguel del Cerro, quien insiste en que al hablar de educación en línea hay que "entender que la formación e-learning es y debe ser, ante todo y sobre todo, formación" (175) y que "debemos enmarcarla, sin lugar a dudas, dentro de un contexto tecnológico que debería potenciar aquellos objetivos que el programa formativo incorpore". (176) Esto sin olvidar la complejidad del aprendizaje humano, de tal forma que en este ambiente "el alumno [sea] capaz de incorporar de manera vivencial el aprendizaje, estableciendo vectores bidireccionales y multidireccionales en la formación" (186), es decir, que se construyan conocimientos en un marco de participación y colaboración.
Por último, Mariano Baratech, Carlos Espinosa y Miguel Ángel Rodríguez reseñan la estrategia de ÉLOGOS observando que los dispositivos electrónicos que permiten formarse en todo tiempo y lugar "nos conduce[n] al u-learning" bajo la forma de un reto. (189) El desafío es la autoformación puesto que "en la medida que vamos madurando en nuestro desarrollo profesional, cada vez aprendemos de forma más autónoma, vamos haciéndonos más independientes del profesor y de la disciplina de los libros, aumentamos el espíritu crítico" (190); y esta gestión del conocimiento se ve favorecida con los recursos tecnológicos, que también se desarrollan como puede verse en el siguiente esquema:
Por último, es importante recordar que si bien la función de la universidad no es únicamente formar para el trabajo, "en la empresa actual el valor de la formación está directamente relacionado con la capacidad de medir cómo cuándo y quién es capaz de genera conocimiento". Y más aún, "cuando aplicamos lo aprendido generamos un nuevo conocimiento, si además este conocimiento lo comparto y lo distribuyo en la organización, genero un valor, más allá de mi puesto de trabajo". (230)