jueves, 5 de mayo de 2011

Hablar del blog

Mientras hay quienes ya cantan el agotamiento de la blogosfera, a causa de las redes sociales; yo creo que en el ámbito educativo no se ha explotado aún –en términos generales- todo el potencial de las bitácoras electrónicas, weblogs o blogs, como prefiera llamarles. Otro tanto podría decirse del trabajo colaborativo empleando Wikis. Ambas, herramientas de la llamada Web 2.0, término acuñado en 2004 por Dale Dougherty.


Y viene al cuento la anécdota: No hace mucho, en una reunión de trabajo, una profesora comentaba que dio a sus alumnos la opción de entregar los informes finales ya impresos, ya publicados en la red. Para su sorpresa, sólo una alumna realizó la entrega virtualmente. “¿No que son la Generación.Net?”, preguntó. “¿No que toman un curso en el que les enseñan el uso de las TICs?”, reclamaba. En ese momento, le respondí a mi colega que si quería ver los trabajos de sus alumnos en internet, sería conveniente que no les diera otra opción.
Varias cosas vale la pena aclarar. Por ejemplo, 1) que si bien cronológicamente la edad de sus alumnos corresponde a la de la Generación.Net, algunos de ellos crecieron y viven en condiciones de extrema pobreza digital. 2) Que hablar de TICs es referirse a Tecnologías de la información y de la comunicación (dos cosas) y sus alumnos toman un curso que los capacita para el uso de la tecnología, de la información y de la comunicación (tres cosas); suponer que se trata de lo mismo es un germen de confusión. 3) Que la red es más que un soporte. 4) Que si quiere que sus alumnos utilicen los blogs, debe darse a la tarea de crear una comunidad virtual. 5) Que si una característica de la web 2.0 es la producción de contenidos por parte de los usuarios, debe procurar que sus alumnos sean constructores de conocimiento y no sólo receptores de sus enseñanzas… En fin, tal vez sea conveniente empezar aclarando que es un blog.


En la Introducción de su libro, Blogs. Escriba sus comentarios, cuente sus crónicas y compártalos con su propia comunidad virtual de la colección Ciudadan@ de internet (México: Alfaomega, 2008), Rafael Chamorro Marín, recuerda que al inicio, los weblogs “se concibieron como sistemas estructurados en internet que permitían sencillamente a cualquier persona la publicación de información personal” y que se han desarrollado de tal manera que llegan a competir “contra los medios convencionales establecidos: prensa, radio y televisión” (XI). Luego, a lo largo de siete capítulos recorre el fenómeno de los blogs, explica cómo crearlos, señala la importancia de la sindicación para leer blogs, profundiza el concepto de Web2.0 y concluye con una prospectiva.
Una vez revisada la definición de blog disponible en Wikipedia, y habiendo señalado sus principales rasgos, Chamorro Marín recapitula y escribe que “un blog es un espacio personal en la web, donde se publica de forma cronológica inversa, es decir lo más reciente es lo que está más arriba en pantalla, comentarios sobre algún tema y los lectores pueden dejar comentarios” (7). Luego, pasa a las recomendaciones ya que –es sabido- muchos blogs no pasan del primer post. De ahí que para un bloguero sean indispensables la constancia, la especialización y, en cierta medida, la promoción. Acto seguido, se remite a sendas listas de consejos, una de Joi Ito y otra tomada de Microsiervos con doce consejos adoptados de Piearas Kelly. La primera lista es breve y simpática. El primer punto es contundente: “Probablemente seas estúpido” dice, aunque luego lo matiza: “Bueno, tal vez no estúpido, pero como mínimo ignorante”. Y en consecuencia, viene la sugerencia: “sé humilde y no intentes escribir cosas concluyentemente sabias. Empieza discusiones en las que alguien más listo que tú pueda intervenir fácilmente” (12). El segundo punto sigue la misma línea: “Necesitas ayuda para pensar”, lo cual recuerda que el conocimiento es social. El siguiente punto reclama la toma de partido. Luego viene la importancia de los vínculos, al grito de “Vincula todo lo que puedas. Trata de participar en la conversación, en lugar de pontificar” y por último:


Escribe pronto, escribe mucho. No esperes a que tus ideas estén maduras o completas. Cuando sientas algo de inspiración, sácala por la puerta rápidamente, después ya actualizarás la entrada o escribirás otras a medida que la historia se desarrolla. (13)


En el segundo capítulo, se explica cómo crear un blog. En ese sentido, el libro Blogs desde cero. ¡Publique y difunda sus ideas online! de Fernando Casale, publicado por Users (Buenos Aires: 2010), está –lógicamente- más actualizado. Ambos consideran Blogger y Wordpress como las principales opciones, insistiendo en la facilidad para crearlos. En el primer caso hay que acceder a Blogger y crear una cuenta de Google (empresa propietaria), elegir del nombre y seleccionar una dirección URL y seleccionar una plantilla. Tan fácil como llenar formularios y elegir opciones.  Concluido el registro con éxito, se accede a un panel de control con diversas pestañas: Creación de entradas, comentarios, configuración, diseño, con ayuda de las cuales podemos gestionar nuestra información.


En Wordpress, el proceso de creación y de administración es similar. Habrá que dirigirse a la dirección http://wordpress.com, elegir el idioma y crear una cuenta. En el mismo formulario se elige la dirección URL. Y luego se elige una plantilla. Desde el escritorio, podrá gestionarse la información.


Como podernos ver, el problema no está en la creación del espacio, sino en la gestión periódica del mismo, el valor de los contenidos, la calidad de las referencias y vínculos que se establecen, así como la interacción con otros cibernautas. Al respecto, Chamorro Marín, apunta que: “Los comentarios normalmente son una de las tareas diarias de un blog que puede dar más trabajo y es obligatorio, si queremos que nuestro blog sea reconocido, el contestarlos y tenerlos al día” (55). Por su parte, Casale no pierde la oportunidad para decirnos que “si nuestro contenido resulta atractivo para otras personas, veremos cómo el blog incrementa sus visitas y comentarios a lo largo del tiempo”. De este modo, continúa: “Si nos tomamos en serio la tarea de bloguear, un par de años después tendremos un pequeño medio de comunicación con miles de lectores que cada día se conectan con nosotros para ver qué tenemos que decir o mostrar”. Y en ese caso, lo mejor es no depender de sitios gratuitos. Llegado a este punto, lo recomendable es hacerse de un dominio, contratar un proveedor de hosting e instalar una plataforma como el mismo Wordpress (proceso que se describe minuciosamente en la segunda parte del libro Blogs desde cero. Otra opción es, desde luego, Joomla.


Pero volvamos al libro de Rafael Chamorro. En el capítulo 4 se habla de la RSS (acrónimo originalmente de Rich Site Sumary y hoy de Really Simple Sindication), que es el equivalente de “Seguir un blog”. En otras palabras: “El objetivo del RSS o de la sindicación es no tener que estar pendiente de cuando un sitio se actualiza o cambia de contenido” (61). Cuando uno se suscribe a un sitio, gracias a la sindicación se detectará los cambios, mismos que pueden ser consultados desde sitios diferentes al blog como FeedReader, Bloglines y GoogleReader (69) Luego, en el capítulo 5 se mencionan las herramientas especializadas para el trabajo con blogs, como los siempre útiles buscadores como el Blogsearch, servicios de estadísticas y ranking de blogs


En los tres últimos capítulos del libro Blogs. Escriba sus comentarios, cuente sus crónicas y compártalos con su propia comunidad virtual, se retoman las posibilidades de la Web 2.O bajo el título “La inteligencia colaborativa”, insistiendo en que lo fundamental es la transformación del usuario pasivo en un protagonista de la red que: 1) aprovechando la interconexión de computadoras crea comunidades, 2) donde se informa a través de diversos medios pero “también crea los suyos y sube igualmente”, porque sabe que “entre todos se puede conseguir más que con una élite de informados”. (99) Se mencionan otras herramientas que no sólo personalizan sino que le dan vida a los blogs, como los repositorios de fotos y videos, marcadores de sitios web, los microblogs y wikis. Y se trazan líneas de futuro como los videoblogs y los podcast.